Mapa en proceso 2025.

Los territorios contemporáneos de los pueblos indígenas de México presentan múltiples procesos de conflicto frene al poder usurpador, al capital global trasnacional, a la expansión de los circuitos de capitales, a la intensificación de la homogenización y hegemonía económica, política y cultural, a la superposición y la dialéctica de los modos de producción que determinan las relaciones políticas y las dinámicas de vida de los pueblos en espacio y tiempo.

Los territorios derivan de diversas fuerzas productivas, derivan del modo de producción, de las relaciones de distintos modos de producción, de las relaciones de poder resultantes, de sus apropiaciones y significaciones, manifestadas y testimoniadas en expresiones culturales, con simbolizaciones y significantes, geosímbolos, con trabajos que producen y reproducen la vida de los pueblos.

El territorio es un complejo proceso de formación liminal y semiótico, material, dialéctico, de conflictos diacrónicos y sincrónicos, de relaciones de poder y de relaciones interculturales.

Los territorios los entendemos como la organización del espacio material y simbólicamente, resultado del modo de producción, la estructura política-filosófica y sus consecuentes relaciones de poder, clase social, pertenencia étnica y genérica. El territorio es una relación de poder y puede contener distintos modos de producción o en escala, territorios subordinados, en resistencia, en proceso de disputa. Con perspectiva analítica de producción de estrategias para la organización del espacio por grupos y colectivos sociales frente a otredades, frente a otros ejercicios de poder en su dimensión espacio-temporal, en formas solidarias o de conflictos, relaciones entre individuos, comunidades, pueblos, conjuntos de pueblos, uno o varios Estados o Imperios.

Los territorios son mundos políticos, campos y arenas de lucha, con estructuras y funciones derivados por el trabajo humanizado, materialmente subyacente y simbólicamente expresado en culturas y filosofías de carácter procesual. Las territorialidades como formas de relaciones socioambientales también son procesuales e históricas.

Los territorios tienen un carácter de relieve social irregular, en ejes triples de sus dualidades; como esferas de realidades en su singularidad y en su totalidad; como relación de consenso y conflicto, de pasado y presente; como materialidad y simbolismo, en estructura, función y profundidad; la territorialidad, -permítase la metáfora- será el rodar de esas esferas en cuerpos, pensamientos y circuitos de sociedades que responden a sus procesos históricos, a su caminar en el tiempo y espacio. Toledo (2023). Entre el mar y las montañas… Serie investigaciones. El Colegio de San Luis. México.

Recorrido histórico de los procesos de rebelión en México.

La columna vertebral son los procesos de rebelión de los pueblos en cinco etapas históricas.

·El mundo antiguo.

·La conquista europea.

·Las rebeliones coloniales.

·El Estado y las naciones.

·El Estado neoliberal, imperialismo y la reconfiguración de los pueblos.

El conflicto basado en la disputa por recursos escasos y recursos abundantes.

El conflicto a través de mecanismos de dominación.

Principales zonas de conflicto contemporáneo

ØLos territorios históricos de los nudos de la resistencia.

ØLos territorios estratégicos contemporáneos los nodos de capital.

Territorios: Sistemas organizados de estructuras de poder, espacio de una soberanía, con determinadas bases materiales que garantizan la reproducción cotidiana, donde se representan significados y manifestaciones culturales reflejo del modo de vida de determinadas formas de trabajo y transformación de la naturaleza con estructura y organización socio- política.

La geografía de los pueblos desborda los límites territoriales oficiales, es finalmente una dimensión espacial de la ruptura con las formas de concentración y reservación, la ruptura con la política de reducción.

La política de reducción no sirve o no es suficiente ya para el flujo de capitales como lo fue para el sostenimiento en los Estados Nación, se plantea ahora una política de contención que incluye la segregación y la exclusión.

En la reducción de las funciones del Estado y en la reducción de las simbolizaciones de la Nación para el desarrollismo latinoamericano neoliberal actual la política de subordinación obedece a los ejes de explotación- exclusión que implica la invasión territorial usurpadora, la ocupación militar, el despliegue paramilitar de una guerra irregular, el extractivismo, la concentración de zonas y núcleos de explotación, el flujo de mercancías y la mercantilización de la cultura y los recursos de frontera.

Las fronteras y naciones se modifican a partir de intereses supranacionales, los Estados se segmentan de acuerdo a la división internacional del trabajo, la geopolítica segmenta regiones y centros de intensa acumulación.

La frontera, la Nación y el territorio se convierten en tres elementos centrales de las geografías de los pueblos, el territorio adquiere un valor estratégico como espacio de reserva, de resistencia, en disputa, de memoria histórica, y en la mayoría como zona de conflicto, es decir la voluntad de los pueblos no ha sido derrotada en los múltiples intentos históricos.

Fronteras materiales y fronteras imaginarias, fronteras sólidas y fronteras porosas, fronteras elásticas y acciones de conflicto y de consenso que modifican las fronteras. Lo que se puede analizar desde la perspectiva Geopolítica y en el seguimiento de sus Geoestrategias, desde el poder y desde las resistencias.

Así los territorios y en especial los territorios autónomos, los territorios en resistencia, los territorios rebeldes y los territorios libres en el contexto de la mundialización neoliberal son nudos de la resistencia, frente a la articulación nodal del capital.

Etnoterritorios, el territorio estratégico.

Los territorios que constituyen los pueblos originarios son producto de procesos de conflicto y disputa y no sólo de políticas administrativas y demarcaciones de la hegemonía, de los imperios, de los Estados, de la monarquía, de los capitales o del poder en turno; Es producto de las relaciones de conflicto y de los procesos de resistencia y rebelión.

Los territorios se han conformado por estrategias políticas, de guerra, de economía, en la cultura y en el trabajo, entender que es una guerra nos coloca en una perspectiva distinta, son procesos sociales de lucha y conflicto.

Así, la guerra como extensión de la política y la política como extensión de la guerra, es un proceso concomitante; siendo la guerra una estrategia del poder a través de un histórico proceso de permanentes ofensivas para la disputa del espacio y el dominio del tiempo, generándose un largo y diverso proceso de resistencias de múltiples formas y estrategias desde los pueblos frente al uso de la fuerza para  someter el trabajo y conquistar las tierras.

A decir de Francisco Pineda (1997, 67). La irrupción zapatista 1911. México. Editorial Era.         

El territorio es el marco inicial y más concreto, en que se observa la vinculación de la cultura y la guerra; y sobre todo, el punto de partida para entender el significado de la demanda zapatista, que no fue de parcelas de labor, sino siempre y enfáticamente: tierras, montes y aguas, en una palabra, territorio. Le llamaron también: To tlalticpac-nantzi mihtoa patria, nuestra madrecita tierra, la que se dice patria”.

El territorio es un espacio de soberanía, un espacio de ejercicio de las relaciones de poder fundamental para las prácticas sociales.

Trabajar la antropología de los territorios como espacios simbólicos, como espacios de conflicto y como unidades de resistencia lleva consigo el análisis de la producción de espacios por diferentes pueblos y la articulación de sus formas de resistir, es decir, su geoestrategia y su geopolítica no sólo local, sino articulada.

El cambio del modo de producción determina finalmente las relaciones sociales -nos dice el materialismo dialéctico- y las relaciones territoriales en consecuencia.

La geografía contemporánea muestra las posiciones de esa guerra, una síntesis de la política y la economía, una síntesis del trabajo y la identidad, una síntesis dialéctica entre el poder y la resistencia, a lo interno del poder y a lo interno de las resistencias, así como las relaciones con la sociedad fuera de la esfera de conflicto.

De la misma forma el territorio es un elemento cohesionante de la identidad, lugar de pertenencia, espacio a defender, y a la vez es elemento de tensión entre soberanías, medios de producción y formaciones culturales que forman y producen espacios, los territorios son marcados simbólicamente por múltiples referentes de sentido. Los pueblos originarios en México son culturas de resistencia y han conformado milenariamente mosaicos territoriales de resistencia, territorios estratégicos, fronteras móviles y fluctuantes, …

una nueva etapa se desarrolla en el mundo contemporáneo global lleno de frentes de resistencias y sentidos.

Los territorios de los pueblos originarios son estratégicos por sus contenidos milenarios (recursos naturales/fuerza de trabajo/cultura) por su diferenciación biocultural (conocimiento y organización, reproducción/continuidad), por sus articulaciones procesuales históricas y políticas, hegemónicas y contrahegemónicas, como unidades de resistencia, rebelión e insurgencia de posibles/potenciales conflictos (rupturas y discontinuidades), por memorias encarnadas/ territorializadas de emergencia y cargas epistemologías/ideologías/filosofías de ruptura a la expansión de modos de producción sobre la cotidiana reproducción y cultura expresada en formaciones socioterritoriales en nudosidades y sobre todo en nubosidades y nebulosidades que se presentan recurrentes.

En las profundidades del territorio, entre montañas y mares de significados.

En los territorios contemporáneos de las resistencias la Autonomía y la Independencia (territorializadas) de pueblos, comunidades y Estados son los conceptos y hechos más completos y complejos, en continuidad de los modos de vida y la apuesta a la resolución política de los conflictos, la autonomía de los pueblos originarios es el centro gravitatorio antisistémico de las resistencias, dentro de un contexto de estrategias de guerra, usurpación, estatismo, colonialismo e imperialismo.

Esta autonomía e independencia se ha dado de facto en múltiples momentos y espacios, primera y principalmente en la lucha por la tierra, en la defensa del territorio, desde las guerras floridas y las tazas de tributo, a través de mercedes y títulos coloniales, en los espacios de cimarronaje, (palenques, mocambos, mambises, quilombos, ladeiras, cumbes), pueblos y repúblicas de indios, ejidos, tierras comunales, comunidades, naciones y territorios indios, reservaciones, predios, campamentos y barrios urbanos, territorios específicos donde algunos cuentan con soberanía política y económica, otros subordinados para sobrevivir o con procesos de negociación hacia las formas de poder existentes.

   Los conflictos por el agua y las tierras son muchas veces creados para dividir a los pueblos. También muchos de los conflictos por tierras realmente son por el acceso a las aguas para irrigación o para servicios. En muchos casos se acapara o se despoja para zonas industriales, empresas, grandes campos de cultivo, aeropuertos, zonas turísticas, ciudades o instalaciones estratégicas del Estado.

Muchas fronteras están marcadas por los ríos, existen conflictos por el agua entre empresas y pueblos, entre el Estado y los pueblos, entre Estados y entre los pueblos.

El Estado y las Empresas han usurpado el derecho de los pueblos a sus territorios al no reconocerles la propiedad originaria, consuetudinaria y preferente. Se han negado derechos de consulta y es mínima la autonomía de los pueblos sobre las aguas.

En muchas comunidades y pueblos indígenas el agua se organiza y reparte a partir de las necesidades y de las capacidades de individuos, familias y grupos, por pueblos, zonas y en relaciones interétnicas a través de negociación o conflicto.

Durante miles de años, éstas múltiples relaciones que se establecen entre sociedades con el agua, han permitido su uso, manejo, aprovechamiento, resguardo, gestión, protección, conservación, cuidado y recuperación, como un bien común y colectivo, como derecho universal: el agua pertenece a la tierra madre; como patrimonio de todas las formas de vida, desde las microscópicas hasta la integralidad de los ecosistemas, del mundo en su conjunto.

El desarrollo de la agricultura y los modos de producción tienen calendarios y espacios específicos que ordenan la vida, la producción y la expansión, la guerra, la política y la economía, reflejada en culturas hídricas de historia larga.

Los pueblos originarios, el Estado Nación y el Gran capital trasnacional.

Distinguimos en particular un proceso de dos agentes síntesis:

·Las fuerzas económicas trasnacionales de los centros corporativos-metropolitanos y su agente político y garante militar, el Estado mexicano.

·Los pueblos originarios y sus reconfiguraciones políticas a través de procesos coordinados asamblearios.

En el inicio del siglo XXI la estrategia de guerra desde el poder hegemónico está basada en:

•  La acumulación por despojo

•  La ocupación e invasión territorial

•  La reorganización del trabajo

•  La expulsión de poblaciones

•  La destrucción y transformación de identidades

•  El control de los medios de producción

•  El saqueo de los medios y bienes comunes

•  El control ideológico

•  La conformación de centros urbanos controlados rigurosamente

•  El asalto del poder político

Los objetivos principales de la estrategia del capital son:

•  Ampliar y multiplicar los circuitos y mercados para las mercancías

•  Intensificar la explotación de los trabajadores para aumentar las ganancias de los capitales

•  Aumentar y dividir la expansión territorial de la dominación política y económica

•  Expandir e intensificar la explotación de recursos naturales, los bienes y medios comunes

•  Eliminar las culturas no capitalistas e incrementar el control ideológico

Diferentes modelos y modos de producción en tierras americanas se ha desarrollado sobre la base de:

·la destrucción violenta de la organización social

·la base productiva de los pueblos originarios

·la transformación y reorganización del trabajo

·la aniquilación de sus soberanías

·el despojo del espacio y del ejercicio político

·la proletarización laboral

·la exclusión y marginación

·la expulsión de la fuerza de trabajo

·la imposición ideológica sobre la base de la destrucción de las culturas para garantizar la alienación, la enajenación, la reproducción del sistema y sus estructuras del orden capitalista, del control social y territorial, hegemonizando y homogeneizando la vida de las sociedades para generar una cultura capitalista de explotación y violencia normalizada, de consumo irracional, de consumo del miedo y  la fetichización de las mercancías como pilares de la dominación.

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Geocultura, geoestrategia y geopolítica.

Las fronteras, los centros, la yuxtaposición.

El espacio de ayer para el territorio del mañana.

El territorio se convierte entonces en una zona estratégica del conflicto.

El pueblo originario es un territorio común de la resistencia, es por tanto un territorio con una política de resistencia compartida por algún pueblo, con identidad y procesos continuos o con rupturas, pero que se asocia a uno o más territorios, como multiterritorialidades como expansión o contracción territorial.

Podeos señalar tres ejes de las geoestrategias de invasión del Estado-Capital como sistema de dominación, de asociación geográfica, histórica y antropológica:

1.avanza sobre la toma de la cúspide de la pirámide social para la transformación de centros de alta concentración de población en mercados acordes a la división internacional del trabajo como lugar sede neurálgico de operaciones y decisiones políticas.

2.  al extender su centros nodales sedes del Estado como urbes ordenadoras regionales con explotación de fuerza de trabajo, despojo de tierras y expulsión social de excluidos con un centro articulador hegemónico nacional y mundial.

3.  al avanzar sobre sus fronteras a través del despojo territorial, con incorporación de cuerpos-tierras, eliminando soberanías y marginar o invadir territorios no conquistados.

3 estrategias de lucha por el Territorio

·La defensa del territorio

·La recuperación de territorios

·La creación de nuevos territorios


La política y el territorio son entonces una unidad de resistencia identificada por la memoria, por la acción y por el conflicto, en ella operan estrategias de acción articuladas y diferenciadas en relación a la estrategia territorial de dominación. Entonces la estrategia territorial, entendida como procesos de conflicto contiene:

1.- La geopolítica desde los pueblos originarios implica de manera principal:

•  La defensa del territorio histórico

•  La reterritorialización

•  La ocupación de los centros de articulación

•  La dispersión socio-territorial

•  La resistencia política, económica, ambiental y cultural

•  La articulación interétnica como enlace de clase social, proceso local y global

•  La ruptura de fronteras administrativas

•  La ofensiva política y territorial, en la guerra y en la paz.

2.- La geopolítica del Estado Neoliberal implica por lo menos:

•  La expansión de las fronteras del sistema de dominación

•  La multiplicación de centros de articulación del control del espacio y la sociedad

•  La intensificación de la explotación para acelerar los circuitos de reproducción del capital

•  La ampliación de las fronteras políticas y la ruptura de fronteras comerciales

•  La construcción de espacios de consumo

•  La articulación de sistemas de poder jerarquizados y organizados a nivel mundial, sobre especificidades locales

3.- La geoestrategia concreta de los pueblos implica por lo menos:

a) La defensa de los territorios, tierras, aguas, bosques, viento, minerales, suelo, subsuelo,…

b) La defensa de la cultura y del modo de vida en toda su diversidad

c) La movilización en los espacios locales y en los espacios del Estado- capital como parte de la lucha de clases, entre propietarios y no propietarios de los medios de producción

d) La lucha por la autodeterminación y la libertad política no centralista

4.- La geoestrategia concreta del Estado neoliberal implica por lo menos:

a) Despojo de territorios para la reproducción del capital en el circuito completo de acumulación.

b) La mercantilización de la tierra, los recursos, los hombres, las ideas, la cultura

c)  La concentración y explotación de la fuerza de trabajo.

d)  Imposición de ritmos y modos de vida que destruyen las bases culturales de los pueblos, para garantizar el consumo y la realización de las mercancías

e) Redefinición de fronteras urbanas, centros nodales de articulación de la dominación.

f) La destrucción del sistema rural y la expansión de las prácticas urbanas como parte del capitalismo tardío, dependiente y periférico de las sociedades del sur social.

5.- La geocultura como decantación de procesos en el tiempo amplio, en la historia larga (Braudel 1990)

El territorio originario frente al poder usurpador

En términos de proceso, en términos semióticos: