Categorías político- corpo – cosmo- territoriales.
Territorios, Regiones, Zonas, Mapas; hologramas de las realidades.
Mapa: Dispositivo técnico y cultural herramienta gráfica de representación de cierta información y
cualidades de la superficie terrestre de acuerdo con los intereses del poder político o bien práctica
cultural de las comunidades que registra y clasifica las cualidades de los lugares o de la totalidad.
Podemos proponer un esquema inicial para las coordenadas históricas en la macro región
mesoamericana. Modos de producción y sistemas políticos-ideológicos- sobre la base originaria.
1.-Territorios arcaicos. Períodos precerámico, cerámico, y su transformación en la Revolución del neolítico.
2.-Civilización del maíz y el cacao. Preclásico, basamentos urbanos y estructuras socioterritoriales
transformadas por la Revolución agrícola.
3.-Sociedades sacerdotales hacia las militaristas, sistema urbano mesoamericano. Períodos Clásico y
Postclásico. Imperialismo territorial, económico, despótico tributario y Revolución hidrológica.
4.-Invasión europea y colonialismo. Reinificación, imperialismo, feudalismo en transición capitalista,
renacimiento y Revolución técnica de expansión territorial.
5.-Estado-Nación, independencias y guerras de reforma. Liberalismo, Reorganización Imperialista. Revolución
política y territorializada en Estados independientes hegemónicos colonizadores internos.
6.-Otras naciones: revolución y estado posrevolucionario. Expansionismo, imperialismo bélico,
reconfiguración territorial con la Revolución industrial.
7.-Pueblos alter Estatales e imperialismo neoliberal. Multiculturalismo, plurinacionalidad, hibridaciones
territoriales en transición y la Revolución tecno industrial digital del imperialismo del capital financiero.
La región está asociada a elementos interculturales complejos, con los cuales se entrelazan procesos
en una escala mayor a lo local y en procesos de conformación de mediano y largo plazo, existen
diferentes formas de aproximarse a definirlo, como región capital, región cultural, región natural,
región política y sobre todo económica. La región tiene un carácter fundamentalmente social y es
una unidad de agrupamiento de elementos diferenciados, no semejantes como el territorio.
La región, al igual que el territorio tiene un significado diverso, pero lo distingue sus elementos
transversales en las relaciones sociales. Es más un elemento no sólo de poder sino de integración
de procesos y de diversidad.
La zona en términos estrictos es una franja más o menos delimitada de forma paralela en donde se
distingue una característica específica, la zona presenta elementos característicos en lo local y
específico, de carácter operativo y delimitado. La zona de conflicto es el espacio específico de la
confrontación de las relaciones de poder y el lugar donde se desarrolla de manera concreta un
episodio temporal (corto, mediano o largo plazo) de conflictos (en diferentes escalas, pequeña,
mediana grande espacialidad) con diferentes intensidades (baja, media o gran intensidad).
Filosofías de los pueblos originarios.
Toponimias.
Ser y somos, transformase, continuidades y rupturas.
Estar en tiempo y en espacio.
Camino de transformaciones cíclicas y alter cíclicas con horizontes / hologramas de evoluciones y revoluciones.
Los tiempos y espacios del ser y del no ser, de los otros seres, otredades y transformismos, dialécticas formas de existencias y reexistencias.


El concepto Mundo:
| Kuna | Abya Yala. |
| Náhuatl | Cemanáhuac. (tierras rodeadas de agua). |
| Mixteco | Ñu´u nchá´í. |
| Tzotzil | Balumil. |
| Wixárikas | Tatei yurienaka. |
| Navajo | Ni´asdzaán. |
| Rarámuri | Kawi |
| Lacandón | Lu´um ha, Kab, Kaba. |
| Ikootj | Nangaj ieth. |
| Cuicateco | Yaedi ñuu´ (nuestro mundo) y Ñaa ñe e ñaa (tierras comunes). |
| Mixteco | Ñuu ayivi. |
| Zapoteco | Guidxilayú (tierras emergidas de las aguas) |
| Hñähñú | Xihmai |
| Mazahua | Xøñijumú |
| Tojolabal | Nuestra Madre Tierra, Jnantik lu’um, y Nuestra Madre Luna, Jnantik ‘ixaw. |
| Náhuatl | Tonana atl (Nuestra Madre Agua). |
| Yaqui | El mundo tierra y el mundo agua: Juya ania- Bawe ania. |
| Náhuatl | To tlalticpac-nantzi mihtoa (matria-patria, nuestra madrecita tierra, la que se dice patria |

Pueblo (cerro-agua)[3]:
| Náhuatl | Altépetl |
| Mazateco | Narsinanda |
| Zapoteco | Nisadani |
| Cuicateco | Icununi |
| Mixe Zoque | Nass |
| Mixe Ayuük | Käjp |
| Chinanteco | Je Juë |
| Cuicateco | Ñaa |
| Zapoteco | Guidxi |
| Tzotsil | Jlumaltik |
| Mixteco | Ñuü, Ñoo, Yuhuitayu |
| Chatino | Kichén |
| Kiliwa | Já sit |
| Purépecha | Ireta |
| Maya | Kaah |
| Mazahua | Jñiñi. Ñahñuh: Hnini |
| Totonaku | Chúchutsipi |
| Rarámuri | Warurachi |
| Ikootj | Kiambaj |
| Tzeltal | Balumil |
Similar al Ayllú andino y al Shan Shui chino 山水 (agua y montaña), al mundo árabe (العالم العربي, al-`ālam al-`arabī) y arabizado (الناس pueblos). En lengua tshiluba de la RD del Congo (pueblo: tshisanga y ditunga: mundo).
En otras latitudes podemos encontrar referencias como La Madre Tierra o la Pacha Mama de los pueblos de América del Sur, la tierra sin mal en Guarany, el nosotros sin individuos del Tojolabal y Tzeltal, los tres corazones en Totonakú, la tierra después del naufragio entre los negros de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca y su reconfiguración de mitos y nuevas tierras, las tierras mundo de universos de múltiples humanizaciones entre Popolucas y Nguiwa, entre muchas otras.
En Náhuatl, encontramos el concepto de altépetl para referir al pueblo, altepeme para pueblos y huey altépetl para denotar al centro político de México, el gran centro. Altépetl iyollo, hace referencia al centro corazón del pueblo, el Mexihco iyollohco, destacando la importancia simbólica y conceptual que atribuyen los pueblos mesoamericanos al centro como eje fundamental de su existencia y del mundo social.
Entre Tzotziles, la ciudad de San Cristóbal de las Casas es conocida como el Valle de Jovel; o bien para los Cuicatecos la ciudad de Oaxaca y capital del estado es conocida como Induvae, y la capital del país, México sería, Ingu´yú, o bien ya´aa, para decir tierra, dutuú para monte, icu para cerro (tonal, nasal y contextual), el centro del pueblo namtaa ñaa.[1]
Entre los Zapotecas, layú se utiliza para denominar a la tierra y Galaahui’ guidxi para referir el centro del pueblo. La noción de centralidad se define como Lahuiguidxi, (centro de poblaciones o población central). En la lengua Mixteca se utiliza ñuu ka´un para ciudad. En Purépecha El gran centro” es Ireta Kéri. Centro sagrado, o Wirikuta para el pueblo Wixárika, evoca el origen, lugar natal, ombligo del cuerpo colectivo, lugar de origen y retorno. Para los pueblos de habla náhuatl macehual nororientales Tlalli es tierra. Entre los Totonakú, la ciudad se nombra Kilhpanachúchut y en Rarámuri, Warúrachi. Estas diversas denominaciones reflejan la riqueza y complejidad de los conceptos de territorio y centralidad.
Para los Yoreme/Yaquis, el Juya ania’ es el universo del monte o de la naturaleza y el Bawe ania’ es Universo del mar. Surem se utiliza para nombrar a los antepasados de los Yaquis que no quisieron ser evangelizados y viven en las máscaras de los pascolas.
En el sentido de los pueblos Wixaritari, podemos encontrar el Xiriki: Territorio o “adoratorio familiar”, donde realizan sus prácticas culturales y el Tukipa, el centro ceremonial de diversas unidades familiares-wirikite, el Kaxarianu / Kiekaripa: Casa grande que resguarda el asiento social, político y religioso de cada una de las comunidades que integran el pueblo Wixaritari.
Tateiyurienaka: Madre tierra. La tierra como dadora de vida y diosa de la fertilidad
| Norte | Hauxamanaka | Cerro Gordo, Durango |
| Sur | Xapawiyemeta | Isla de los alacranes Chapala, Jalisco |
| Centro | Te’akata | Santa Catarina Cuexcomatitlán, Mezquitic, Jalisco |
| Este | Wirikuta | Real de Catorce, San Luis Potosí |
| Oeste | Haramaratsie | San Blas Nayarit |
Para algunos de los pueblos mayenses del sureste[2]:
| Tsotzil | Tzeltal | Ch´ol | |
| Tierra | Luúm | Balumilal | Tiokal |
| Pueblo | Lúmal | Slamalik | Chóoyolón |
| Territorio | Balomilal | Kinaltikón | Kinialoo |
| Mundo | Kuxulúm | Balomilal | |
| Mar | Mokal naamt | Mukuljá | Ñaa ja´a |
| Cuerpo | Bectaktil | Baketaltik | Baktial |
| Pensamiento | Chantik | Bina noptik | Tzausañel |
Semejante al guendabiaani´ del pueblo zapoteca binizaá, que literalmente implica guenda: espíritu, esencia, y biaani: luz, iluminación, resplandor, el guendabiaani´ el pensamiento. Entre el pueblo Seri se refiere a la tortuga, el tiburón y el coyote como seres primigenios del origen de la humanidad y sus relaciones con ésta entre montañas, desiertos y mares.
Otras unidades de la organización del territorio que se encuentran en el pensamiento nahua se agrupan según sus funciones, y señalan formas de territorialización (Toledo, 2023, 55):
| Calpulli | unidad política, religiosa, militar, gremial, territorial. |
| Tlaxilacalli | refiere al lugar de residencia |
| Tlaxilacaleque | ligado a funciones educativas |
| Calpuleque | funciones religiosas |
| Tequiua | funciones militares-tributarias |
| Calpixque | recolectar tributo |
| Milchimalli | Tierras de guerra |
| Cacaomilli | Tierras de guerra |

Entre el mar y las montañas. 2022. Diseño Aquino M. Luz I.

Bahía Cacaluta, Huatulco. Mar del sur. Oaxaca. México. 2022.
Para dar una idea de las concepciones y relaciones del mundo tierra-mar podemos describir algunas de las principales formas en que los pueblos señalan la mar, el mar, el mundo marítimo[4].
- Ko’lew (Kiliwa) Baja California. Mar: ‘ja’ tay
- Warijó, makurawe (Guarijío) Sonora y Chihuahua. Mar: pa’wé
- Hiak-nooki (Yaqui) Sonora Mar: Baawe
- Yorem-nokki (Mayo) Sonora. Mar: Baahue
- Comcáac (Seri) Sonora. Mar, océano, agua de mar, agua salada: Xepe
- Rarámuri de Guachochi, Chihuahua. Mar: Huarú ba’huechi; Orilla del mar. Huarú bahuechi suhué
- Nayeri (Cora) Nayarit. Mar: Muaíjete
- Wixárika. Nayarit, Jalisco, Durango. Mar: Haramará; Haramára. Dios del mar; Hakuíeka. Dios que vive en el mar y desintegra la tierra en el tiempo de aguas; Kewimúta. Dios que vive en el mar y manda lluvias en el tiempo seco; Waxíewe. Dios que vive en una piedra en el mar cerca de San Blas Nayarit
- Tének (Huasteco) de San Luis Potosí. Mar: Pulic ja’
- Tének (Huasteco) de Veracruz. Mar: Pujal, puhal
- Nuntaj±yi’ (Popoluca de la Sierra) Veracruz. Mar: Lamar; tsapmeym
i(arcaico) - Nuntaj±yi’ (Popoluca) de Texistepec, Veracruz. Río grande, mar: Bey
- Lhiimaasipijni (Tepehua) de Tlachichilco, Veracruz. Mar: Ayxkaan
- Náhuatl de Meyacapan y Tatahuicapan de Juárez, Veracruz. Mar, agua: Lámar, a’ti
- Mexicano de Tetelcingo Morelos. El mar/ la mar: ötiescatl, lamör.
- Náhuatl de Hueyapan, Morelos. Mar: Ueyatl, güeyiatl
- Ngiwa (Popoloca) San Juan Atzingo, Puebla. Mar, océano: ntāyaon
- Lichiwin tutunaku (Totonaco) Papantla, Veracruz. Mar: Pupunú, c’atzasán
- Tutunáku (Totonaco) Zapotitlán de Méndez, Puebla. Mar: Tākayāhuana’
- Hñähñu (Otomí) Valle del Mezquital, Hidalgo. Mar: lamä, ndehe, dänga ndehe
- Cha’ jna’a (Chatino) de Tataltepec, Oaxaca. El mar: Tyujo’o; La costa, la orilla del mar. To’ tyujo’o; El océano. Tyujo’o tlyu
- Cha’ jna’a (Chatino) de Panixtlahuaca, Oaxaca. Mar: Tujo’o
- Nne nangui ngaxni (Mazateco) de Chiquihuitlán, Oaxaca. Mar, océano: Ndachacun
- Didzá (Zapoteco) Ixtlán, Oaxaca. Mar: Indatò’
- Tidza’ (Zapoteco) Villa Alta, Oaxaca. Mar, océano: Nisdao’; playa del mar. Cho’a nisdao’
- Dixazà (Zapoteco) del Istmo. Mar: Nisadó’
- Didzé (Zapoteco) San Juan Coatecas Altas, Oaxaca. Mar: Nitsdo’
- Dichsah (Zapoteco) Mitla, Oaxaca. Mar: Nisdoo
- Jujmi (Chinanteco) San Felipe Usila, Oaxaca. Mar: Jm ñih
- Juu jmiih (Chinanteco) Santiago Comaltepec, Oaxaca. Mar: Jmɨñíꞌˆ
- Ayuk (Mixe) Coatlán e Istmo, Oaxaca. Mar: Mejy
- Tu’un savi (Mixteco) de Chayuco, Jamiltepec, Oaxaca. Mar: Tyañuhu
- Tu’un savi (Mixteco) de San Juan Colorado, Jamiltepec, Oaxaca. Mar, océano: Ndutya Ñuhu (Ndutya ñuhú)
- Sa’an sau (Mixteco) de Yosondúa, Oaxaca. Mar: Nducha mar
- Sa’an ntavi (Mixteco) de Playa Vicente, Veracruz y San Juan Mixtepec Oaxaca. Mar: Ntúcha
- Dedavi (Mixteco) de Tezoatlán, Oaxaca. Mar: Taño’o
- Tu’un savi (Mixteco) de Magdalena Peñasco. Mar: Ndute kaꞌnu, ndute mar, yute kaꞌnu
- Tu’un davi (Mixteco) de Sto. Domingo Nuxá, Nochixtlàn Oax. Mar, río grande: ndiute ka’nú
- Tu’un savi (Mixteco) de Tepozcolula y Chalcatongo, Oaxaca: Mar. Nduta caa canu, Nduta canu, nduta ñuhu canu; Golfo de mar, honda agua, mar alta. Nduta cono, nduta ña sino saha; Mar baja. Nduta yadzi, nduta ña cono; Costa del mar, orilla del mar, ribera del mar. Nuu nduta canu, Yuhu nduta, Yuhu nduta canu, Yuu nduta ñuhu; Costa del mar del sur en esta tierra. Ñuu ndaa, Ñuu ndevui; Estero del mar. Sa nisa cuta nduta ñuhu, Sa nitucu nduta ñuhu, ndaha nduta; Puerto de mar. Sa yonana tnundoo; Marea, viento de la mar. Tachi nduta ñuhu, Tachi yuta
- Gui̱ a’mi̱ nánj nï’ïn (Triqui) Chicahuaxtla. Mar, océano: Nne yan’anj
- Stnáj ni̱’ (Triqui) San Martin Itunyoso, Oaxaca. Mar: Nnee yàhànj (agua de dios)
- Dbaku (Cuicateco) santa María Pápalo, Cuicatlán, Oaxaca. Mar: Nuni’a’ an
- Tsame (Chontal) Santa María Ecatepec, Oaxaca. La mar: Tlaja; Las mares. Tlajai
- Lajltyaygi (Chontal) San Pedro Huamelula, Oaxaca. Mar: Emaxa’
- Ombeayiüts (Ikoot) San Mateo del Mar. El mar, la laguna salada. Ndec, nangaj ndec. El océano. Nadam ndec; El remolino (de mar). Oniiüg ndec; Al otro lado del océano. Owil ndec; Mar Santa Teresa. Tsolyow (Laguna Superior); Mar Tileme. Calüy. Ndec (Laguna Inferior)
- Jnòⁿ’ ndá tsjóoⁿ nuàⁿ (Amuzgo) San Pedro Amuzgos, Oaxaca. Mar: Ndaandue
- Ñòmndaá (Amuzgo) de Xochistlahuaca, Guerrero. Mar, océano: Ndaálueé
- Bats’i k’op (Tzotzil) San Andrés, Chiapas. Mar, océano: Muc’ ta nab
- Bats’il k’op (Tzeltal) Bachajón, Chiapas. Mar: Muc’ pamal ha’
- Tsuni (Zoque) Chiapas. Mar: Mäja meya‟
- Lakty’añ (Ch’ol) Tumbalá, Chiapas. Mar: Colem abal, ñajb, colem ja’ (río grande)
- Jach-t’aan (Maya Lacandón) Ocosingo, Chiapas. Mar: Kꞌakꞌnab
- Kutí (Akateko): Mar. naab’
- Yokot’an (Chontal de Tabasco) Tapotzingo, Nacajuca, Vilahermosa. Mar, océano: Nab
- Maya T’aan (Maya peninsular o maya yucateco) Mar: K’áanab, k’áak’náab, k’áanáab
- Purépecha. Mar: Japunda k’eri
- Chol. Mar: Kuknajp
- Chuj. Mar: Niwan nhajab’


Laguna Superior, territorio iKoot, Istmo de Tehuantepec. Oaxaca. México. 2019.

Cacaotales, Sierra Sur- Costa, Oaxaca. Ex Finca Almania. 2024.


Sierra Sur. Montañas costeras. Oaxaca. 2023.

Reserva de la biósfera patrimonio mixto (cultural y biológico) de la humanidad. Oaxaca- Puebla- 2022.

Región Cañada. Oaxaca. México. 2022.

Estero lagunar de Chacahua. Región Costa. Oaxaca. México. 2023.
Toponimias
Huellas de dominación, resistencia y rebelión.
Las toponimias como crónicas aparecen como secuencias de procesos que es necesario desmenuzar más allá de las apariencias, es decir hay que entretejer el sentido con la fuente, el lugar con el recorrido, el conflicto con el escenario, el mapa con el territorio.
La toponimia puede ayudarnos significativamente a comprender la ruptura, la tensión, la cohesión, la superposición y la yuxtaposición de relaciones entre el poder y las resistencias. El carácter simbólico de nombrar el espacio es un aspecto de referencia y con ello de aproximación, de entendimiento.
La narrativa a raz de tierra es un proceso histórico que permanece en procesos de amplia duración, de tiempo largo, la estrategia políticas recurren a la narrativa sobre un espacio como parte de la construcción de verdades, la narrativa dominante para determinado espacio se convierte en práctica discursiva, y la práctica discursiva se vuelve un proceso ideológico que se expresa en determinado lenguaje.
Si el lenguaje nombra procesos que están precedidos de contenidos semióticos (I. Lotman) estos indican así referencias de matrices ontológicas y sentidos geoculturales. (Braudel)
Si partimos de la existencia de por lo menos dos estrategias de organización geopolítica, una desde el poder y otra desde los pueblos nación podemos analizar algunos caminos, huellas y pasos de las vertientes del conflicto por la soberanía política, a través de las prácticas geolingüisticas y geosimbólicas, culturales, políticas y económicas que se enmarcan y se transforman dentro del proceso histórico-espacial.
En la disputa por el territorio se da un proceso de conflicto y lucha en su dimensión material y en su dimensión simbólica, es un proceso concomitante de la acción y la práctica, de la referencia de sentidos y de la síntesis espacial de la naturaleza y la cultura, de la forma concreta de conflicto donde existen por lo menos dos estrategias, las antípodas de esta interacción.
• Desde la geopolítica y la geoestrategia del poder históricamente determinado y sus mecanismos de verdad, violencia y riqueza.
• Desde la geopolítica y la geostrategia de los pueblos que resisten las formas de usurpación material y de imposición simbólica, de tierras, cuerpos y pensamientos.
- El universo o mejor dicho el multiverso geopolítico de las estrategias derivadas resultantes del proceso de conflicto de estrategias, un nivel consecuente del proceso de confrontación.
Las fuentes pueden ser:
– los códigos del poder
- los códigos de los pueblos
- los códigos derivados del conflicto
Los tres tiempos podemos decir son:
- los procesos ancestrales de la civilización del maíz
con sociedades comunales, estatales e imperiales.
2) la monarquía del régimen colonial europeo
con sociedades comunales, tributarias, esclavistas, feudales y precapitalistas
3) el estado capitalista subordinado al imperialismo
con sociedades comunales, estatistas e imperialistas
El poder usurpador nombra y define centros y fronteras, al nombrarlo impone un nuevo sistema clasificatorio que encadena el objeto y el significado de su acción, redefine el sentido del lugar y su articulación en el orden impuesto y su practicidad hegemónica asociada a su ontología y su lógica y a su continuidad epistémica.
Los pueblos en resistencia por su parte nombran, renombran o modifican sus centros y fronteras basados en la memoria histórica y la reconfiguración del “nosotros” que los agrupa, basados en la continuidad de sus ethos, su filosofía y su relación cultura-tierra.
Ambos nombran el espacio a partir de sus derrotas o sus victorias, después del conflicto. Ambos al nombrar y significar se narran en el espacio y dialogan su pasado con su futuro.
Podemos plantear entonces la existencia de por lo menos siete relaciones del nombrar, estrategias de sentido que conjugan la cultura, el conflicto, la filosofía, los recursos, la ideología, el territorio y el significado, la lingüística.
a) eliminación de los marcadores de referencia territorial material y simbólico
b) la conjugación binomial alterna desigual
c) la permanencia de la toponimia ancestral
d) la distorsión tangente
e) la incorporación de resistencias
f) la denominación estatista
g) la toponimia del logo neoliberal
Del primer sentido la eliminación, tenemos claramente marcado la imposición de centros y fronteras con lenguaje europeo, por ejemplo, los virreinatos, capitanías, intendencias, obispados, presidios, misiones, congregaciones, cofradías, …
Por ejemplo: Virreinato de la Nueva España, capitanía de Venezuela, intendencia de Oaxaca, Reino de León …
En el segundo sentido la conjugación binomial tenemos la adjudicación de un nombre europeo seguido de un nombre de origen nahua (doble hegemonía) hasta donde se conservó o distorsionó el vocablo.
Por ejemplo: Santiago Tlatelolco, San Juan Teotihuacan, San Luis Acatlán, Chan Santa Cruz, …
En cuanto al sentido de permanencia de la toponimia encontramos la existencia viva y actual del nombrar centros y fronteras en las lenguas originarias más ancestrales derivadas de una filosofía propia que podemos llamarle filosofía de la tierra, cuya práctica continua, siendo parte de la conformación y reconformación de los pueblos.
Por ejemplo: la ciudad de México tiene varias decenas de referencias etimológicas, ciudades como Oaxaca, Tehuacán, Puebla, San Cristóbal de las Casas, Juchitán, Tehuantepec, Acapulco, Chihuahua, Hermosillo, entre muchas otras presentan nombres que se remontan a centurias en las cerca de 35 mil comunidades y pueblos mayoritariamente originarios de las sociedades contemporáneas. Oaxaca Induvae, México Induyú, Tehuantepec Guizii, Juchitán Xhavizende, Puebla, …
El proceso del sentido de distorsión, es decir fuera de la semiósfera y tangente a la alteridad.
Por ejemplo: Cuernavaca, Churubusco, Yucatán, Oaxaca, Tehuantepec y Tecuantepec, …
La incorporación de resistencias y su expresión como lugar de memoria es resultado de amplios procesos de profundidad significativa del conflicto, de semiósferas de culturas de resistencia y hechos políticos (Bonfil, 1981) a través de personajes, fechas o sucesos. Es decir, tanto el poder como las resistencias fijan en el espacio y el tiempo determinados códigos, los usan, los transfiguran, los moldean, les dan sentido, sustituyen el sentido.
Por ejemplo: Cuitláhuac, Yanga, Hidalgo, Matamba, Guerrero, Batalla 5 de mayo, guerra de reforma, los miles de Juárez, oriental, libres …
La denominación estatista, que surge a la par del reforzamiento de la acción organizativa del territorio por parte del estado, la geoestrategia estatal.
Por ejemplo: Todas las toponimias impuestas o persuasivas en torno al estado, desde los personajes monolíticos hasta las aberraciones contemporáneas de figuras del partido de estado, desde los referentes numéricos de distritos de riego y programas de ordenamiento, hasta el uso de la refundación de espacios como los nuevo Chihuahua, Nuevo Durango, nuevo palmar, …
La toponimia del logo neoliberal se ubica en las fronteras del lugar y las mercancías, entre el significado y el fetiche, entre el espacio y el valor en el mercado.
Por ejemplo las nuevas localizaciones del imaginario del consumo y el espectáculo cuyos templos económicos refieren ahora geografías y redes dentro de la semiósfera de la sociedad del poder neoliberal, plazas, sitios, riveras, mercantilización cultural, rutas y circuitos de alto valor y consumo capital.
Sin embargo históricamente podemos distinguir un proceso que trasciende las llamadas gentrificaciones (despojos para decirlo claramente) y se ubica en su ciclo completo, en su clico de larga duración como movimientos de expulsión- reocupación, expulsión- transformación y expulsión -reintegración, la lucha entre antípodas es desigual, asimétrico su desarrollo y poroso su resultante, cuya complejidad implica la presencia del todo en las partes y las partes en el todo; este movimiento tiene, desde las resistencias por lo menos tres estrategias principales:
• La defensa del territorio
• La recuperación del territorio
• La creación de territorios
La importancia del territorio para las prácticas culturales desde lo material a lo más abstracto en su continum semiótico (L) se expresa en sus significados, sus sentidos, sus coordenadas, pero sobre todo en su capacidad de autodeterminación y soberanía de la práctica cultural y las estrategias políticas que le permitan autoasignarse, autoafirmarse, autoreconocerse, autorepresentarse.
Es entonces que la vida social y su manifestación cultural representada es un reflejo inscrito en las tierras, un reflejo en la mente y el cuerpo, con lo que se impulsa la producción de espacios y configura de manera simbólica el lugar, le asigna un valor epistémico y le propone atributos que van desde la referencia espacial, el sentido, al lugar específico donde se llevan a acabo determinadas prácticas, al contenido, y a sus mediaciones sociales, el sentido- contenido, la vida social así, se asocia a su espacio a través de determinados procesos temporales, está marcado por la interacción horizontal entre semejantes y vertical entre las relaciones del poder de múltiples actores, así como por las formas cruzadas de interacción, el cruce de estos procesos resulta en nuevas configuraciones.
Proponiendo entonces que este conjunto de prácticas culturales tienen una síntesis en el cuerpo, en las tierras y en el habla (quien soy, de dónde soy, que hablo, que hago, …), en las prácticas que las conjugan, que las encarnan que las territorializan, arraigan, enraizan, historizan. La práctica y el espacio construido por prácticas, a decir de Certeau (2000, 129) “el espacio es un lugar practicado”.
Metodologías y estrategias, diferenciadas.
Desde el pensamento racionalista occidental:
El objeto, la imagen, ( ), el razonamiento y la expresión a través del código.
Desde el pensamiento de los pueblos (M. Hernández, 2016):
El objeto, la imagen, la sensibilidad, el razonamiento y la expresión del código.
Y entonces, la narrativa dominante va ir mediando las estructuras sociales y las del pensamiento. Es decir, si nombramos un lugar estamos no sólo describiendo y refiriendo, le estamos asignando un significado y un sentido en función de su contenido y en función de lo que expresa.
Por ejemplo la toponimia histórico- milenaria de nombrar Xochimilco, lugar de flores, Papaloapan, lugar y zona de mariposas, Cuicatlán y San Juan Bautista Cuicatlán, zona del canto, Juchitán y Sa vicende o bien zavicende, o bien Juchitán de Zaragoza, Puebla (de los Ángeles y Puebla de Zaragoza, Vicam, Pótam, Bácum, Guasave, Quisteil y Chan Santa Cruz, Tulum, Sacamch´en, Papantla, Guichicovi, Cancún, Teloloapan, Cuitzeo, Tzintzuntzan, Ocuilan, Texcoco, Oaxaca o bien Antequera o bien Induvae, Xalapa, Tenosique, Edzná, Ek Balam, Jovel o San Cristóbal de las Casas, México y Ciudad de México, los miles de pueblos de Juárez, Hidalgo o Zapata, o bien las toponimias asociadas a gobernantes.
La superposición, la yuxtaposición, la dialéctica, el entramado no sólo hologramático sino interpenetrado. No quiero decir que el nombrar elimine la realidad, sino que la presenta con determinado sentido, con determinada forma de entender las relaciones socio-espaciales, es pues un mundo no sólo de esencias sino de epistemologías. Se conjunta entonces la praxis y la poiesis, como producción, como relación, acción, arte, en tiempo y espacio.
Los pueblos nahuas del México central nombran al territorio como tlaxilacalli. El pueblo frente a la ciudad y la reconfiguración de la cultura. En náhuatl siempre se nombra altépetl para pueblo, altepeme para pueblos y huey altépetl al centro político de México, el gran centro, y en altépetl iyollo el centro corazón del pueblo el Mexihco iyollohco. El nombre que dan los tzotziles a San Cristóbal de las Casas es el Valle de Jovel, o bien los cuicatecos conocen a Oaxaca, la ciudad capital del estado como Induvae, y a México, Ingu´yú, o bien ya´aa, para decir tierra, dutuú para monte, icu para cerro (contextual), el centro del pueblo namtaa ñaa , o bien entre los zapotecos layú para tierra y Galaahui‘ guidxi para referir el centro del pueblo, no sólo, la noción de referencia de centralidad la definen como Lahuiguidxi, ladxiguidxi como corazón, como centro de poblaciones, como población central.
La referencia es milenaria al altépetl, el pueblo (cerro- agua) de la civilización mesoamericana, análogo ayllú andino, es decir la estructura rectora de la organización social y territorial. Una estructura piramidal de conocimiento. Asimismo, la localidad-pueblo-medio de producción, como territorio-medio de producción como rincón o xomulli, en náhuatl que regía las mediciones astronómicas, los ciclos calendáricos, rituales y agrícolas, el espacio-tiempo, el agua-montaña, el yucunduta mixteco, el andehe nttoehe otomí, el nass mixe-zoque, tierra, o el árbol-tierra teklum chol, el chuchu tsipi totonaco, el gudxi, zapoteco como nisadani cerro agua o yagalayu como ceiba-tierra, el lum, tierra chol, el jlumaltik tzotzil y slumalik tzeltal, el nasrinanda mazateco que refiere a la comunidad, el icununi cuicateco.
Así los centros y fronteras tienen un sentido político-organizativo de sus propias prácticas, sus propias semiósferas, sus propios procesos, ahora interactuantes en las fronteras bilingües de interacción. (Lotman 2)
Un ejemplo evidente es la secuencia local, pero también la supranacional de la llamada zona mesoamericana, del anáhuac al cemanáhuac, de la nueva España al segundo imperio de la república a los estados nacionales de México y Centroamérica. La organización en altépetl y en intendencias, en reinos y capitanías, en provincias y estados, en la nueva Vizcaya y la nueva Galicia,…
La colonialidad del poder entonces rompe y trastoca estas delimitaciones y organiza el territorio con fines de control y subordinación, usurpa y renombra.
La estrategia de dominación y en muchos casos su aparente ausencia de estrategia es, en todo caso un código oculto del poder y un código oculto de las resistencias. La organización del territorio es pues una resultante, un reflejo de las estrategias de poder bajo las condiciones de conflicto, implica una serie de dispositivos políticos y usos semántico-visuales
La colonialidad del poder en su dimensión espacial redefine también una serie de centros y fronteras, de códigos y prácticas.
La estrategia del poder para la organización del territorio implica por lo menos:
• El control político, económico y militar:
• Regiones, zonas y franjas de control aduanal
• Vigilancia de fronteras y control de centros
• Propiedad de los medios de producción
• Hegemonía y dominio de los medios de comunicación
• Nuevas rutas y circuitos de comercio
• Expansión de producción
• Acumulación por despojo
• Acumulación por explotación
• Acumulación por especulación
• Localización de encaves de plusvalor
• Suministro de materias primas
• Creación de mercados
El mundo indígena entonces no es sólo una epistemología, una teoría filosófica, es además un hecho social, político, cultural y económico, un constante proceso de reflexión sobre la realidad objetiva y la simbólica, su dimensión espacial es así, la concreción del mundo en territorios, una filosofía y una filotopía y no sólo una topofilia, no sólo una cosmovisión sino una filosofía de mundos-tierras-cuerpos, una filosofía de la naturaleza y la cultura, de mundos combinados y coordinados, superpuestos y yuxtapuestos en sus territorialidades y en sus toponimias en lo material y en lo subjetivo.
Algunas tesis de las estrategias del Estado-Capital que se pueden desarrollar son que el sistema de dominación tiene tres ejes espaciales y culturales, de asociación geográfica y antropológica:
1. avanza sobre la base de la transformación de centros de alta concentración de población en mercados acordes a la división internacional del trabajo, segregando espacios no productivos.
2. al extender su centros nodales sedes del Estado como urbes ordenadoras y regionales con despojo de fuerza de trabajo y expulsión social de excluidos.
3. al avanzar sobre sus fronteras Estatales con despojo territorial, con incorporación de cuerpos-territorios eliminando soberanías como extensión del campo de conflicto.
[1] Entrevista a María Mendoza Fernández, San Sebastián Tlacolula Inguú, San Juan Tepuexila, Cuicatlán. Iñ guú, Llano del Tigre San Sebastián Tlacolula, Oaxaca.
[2] Entrevista M.ario Hernández. San Cristóbal de las Casas, Chiapas. 2022, hablante de dichas lenguas.
[3] Ver: Toledo, 2020. Territorios de América la Geografía de la guerra y la resistencia.
[4] La mayoría de los datos fueron recolectados de entrevistas en el trabajo de campo, los diálogos con personas de diferentes pueblos radicados en la Ciudad de Oaxaca y en la Ciudad de México, algunas organizaciones sociales de pueblos indígenas como el CEREC, FIOB, UCIZONI, CODEDI, APIITT, Guardianes del Mar, MULTI, CODECI, UCIO, UNOSJO, CNTE, AMI, Consejo y Guardia Seri, comunidades de Chiapas: Chol, Tzeltal, Tojolabal y Tzotzil, Guardia Maya de Bacalar y Carrillo Puerto, Comunidades Otomí y Mazahua en Ciudad de México, entrevistas en particular de Cuicatecos, Triquis, Chontales, Chatinos, Chinantecos, Mixes, Huaves, Seri, Zapotecos, Mixtecos, Totonakus, Nahua, Cora. En otros casos a partir de las mismas fuentes bibliográficas utilizadas a lo largo del texto. También como parte de la investigación para generar la Cartografía: Guerras revolucionarias. 1892-1932, donde se hace una serie de investigaciones, entrevistas y asambleas para definir las traducciones de Tierra y libertad y que se solicitó también una serie de traducciones en torno a territorio, salud, pueblo, mundo, mar, agua, guerra, entre otras preguntas según el contexto y la dinámica de entrevistas. Ver también: Estrada et al. 2004; Mager, 2017; Moser y Marlett, 2004; Jansen y Pérez, 2009.
Ver también fuentes obtenidas de Toledo S, JL. Aquino M. L. I, Bautista M. C. 2018, 2020, 2022. Pueblos originarios El rostro oculto del ombligo de la luna.